Lo leído, hecho está
Una amiga me decía estos días que, cuando se acaba el año, cuenta los libros que ha leído. Hace una especie de estadística con los que dejó a medio y con los que logró terminar. Yo sería incapaz de hacerlo porque no suelo llevar un control de lo que leo. Pero también pienso que la lectura no tiene que ser una carrera en la que hay que llegar sin aliento a la meta. La lectura tiene que ser un placer, y no el balance de una empresa que tenemos que cuadrar al final de año para que el beneficio garantice la continuidad. No. No se trata de cantidad, sino de calidad y de argumentos interiorizados que llegan a acoplarse en tu vida sin que te des cuenta.
Cuando alguien te dice que la lectura es una tarea pendiente y que algún día quiere aficionarse a ella, ese día tardará en llegar. Y si es que llega, porque si pasa de largo cuando ve un libro, nunca sabrá si le gusta. Sucede con cualquier cosa que dejamos de intentar. Debemos encontrar ese primer libro que nos enganche y tirar de él para que nos lleve a otros y otros. Cada uno encontrará el suyo. Da igual el género literario que te sorprenda. Coger un libro debe convertirse en un acto natural del que saldremos siempre beneficiados. Gozar con un libro y aprender con él.
No voy a hacer ningún recuento, ni de libros, ni de aquello que he alcanzado este año, porque lo hecho ( o leído) , hecho está ( o disfrutado). No recuerdo cuál fue el primer libro que leí en enero. Aunque sí sé (es reciente) el último que he terminado: La hora violeta, de Sergio del Molino. Un libro que te muerde emocionalmente desde el primer párrafo. Una historia bastante dura por las vivencias personales que cuenta el autor sobre la enfermedad de su hijo. Una novela que puedes releer las veces que necesites, porque cada lectura, seguro, te sacudirá de manera diferente. Los libros están para eso, para leerlos, emocionarte, reír, sorprenderte, para abrirlos con decisión, pero no para hacer un recuento ni creerte más inteligente porque has alcanzado la veintena en un año. La lectura no debe ser forzada. En mi caso, en el único listado que tengo sobre la mesa solo hay libros pendientes para ser devorados. Este será uno de mis propósitos para el nuevo año; terminarnos todos. Además de otros proyectos personales que no son necesarios ponerlos en una lista para comprobar si se alcanzan o no. Y, como dice esa frase que tanto se ha compartido esto días en los mensajes de felicitación, hay que enfocarse en lo deseas. A leer y a vivir, con decisión. A ver lo que pasa.
Cuando alguien te dice que la lectura es una tarea pendiente y que algún día quiere aficionarse a ella, ese día tardará en llegar. Y si es que llega, porque si pasa de largo cuando ve un libro, nunca sabrá si le gusta. Sucede con cualquier cosa que dejamos de intentar. Debemos encontrar ese primer libro que nos enganche y tirar de él para que nos lleve a otros y otros. Cada uno encontrará el suyo. Da igual el género literario que te sorprenda. Coger un libro debe convertirse en un acto natural del que saldremos siempre beneficiados. Gozar con un libro y aprender con él.
No voy a hacer ningún recuento, ni de libros, ni de aquello que he alcanzado este año, porque lo hecho ( o leído) , hecho está ( o disfrutado). No recuerdo cuál fue el primer libro que leí en enero. Aunque sí sé (es reciente) el último que he terminado: La hora violeta, de Sergio del Molino. Un libro que te muerde emocionalmente desde el primer párrafo. Una historia bastante dura por las vivencias personales que cuenta el autor sobre la enfermedad de su hijo. Una novela que puedes releer las veces que necesites, porque cada lectura, seguro, te sacudirá de manera diferente. Los libros están para eso, para leerlos, emocionarte, reír, sorprenderte, para abrirlos con decisión, pero no para hacer un recuento ni creerte más inteligente porque has alcanzado la veintena en un año. La lectura no debe ser forzada. En mi caso, en el único listado que tengo sobre la mesa solo hay libros pendientes para ser devorados. Este será uno de mis propósitos para el nuevo año; terminarnos todos. Además de otros proyectos personales que no son necesarios ponerlos en una lista para comprobar si se alcanzan o no. Y, como dice esa frase que tanto se ha compartido esto días en los mensajes de felicitación, hay que enfocarse en lo deseas. A leer y a vivir, con decisión. A ver lo que pasa.
Comentarios
https://www.ondacero.es/programas/mas-de-uno/equipo/sergio-del-molino/
Antes tenía una sección con comentarios sobre la actualidad,"Ruedas de Molino" o algo así creo que se llamaba pero la sección actual es fundamentalmente sobre libros. Hace poco le escuché que iba a mudarse y se había deshecho de mil libros que había comprado en los últimos x años y que, si no los había leído ya, es que no los iba a leer. Salvando las distancias, a mí me pasó algo parecido hace un par de años, tras una mudanza también me deshice de muchos libros. Muchos para mí, a Sergio del Molino, cien libros entre leídos y no leídos, le parecerán pocos :-).
Un saludo, Domingo.