Las transformaciones
Cuando llegaba
el otoño se le caía el pelo. Sufría el mismo proceso que los árboles del
parque. Las matas que iba soltado las guardaba en bolsitas de plástico dentro
del ropero de su dormitorio. Nunca dejaba que los pelos se cayeran al suelo o
que se escaparan volando por alguna rendija de la ventana del baño. Cada vez
que abría el ropero y veía aquellas bolsitas colgadas en el perchero, se sentía
orgullosa de las diferentes transformaciones que había tenido a lo largo de su
vida.
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