Vidas vividas

Viví mi primera vida hace casi veinte años. Fui una periodista que intentaba convencer a su auditorio con un discurso que no tenía ni pies ni cabeza. La periodista me dio la posibilidad de huir de una timidez con la que me creía cómoda pero que me quitaba la posibilidad de hablarle a la vida y al mundo que me rodeaba. Agarré con fuerza la mano de esa periodista, porque con ella empecé a sentirme a salvo y protegida. Cuando llegó el momento de despedirla, el corazón se me encogió como cuando le dices adiós a un amigo que se marcha a vivir lejos y al que no volverás a ver a pesar de las promesas de un nuevo encuentro. Pensé en ella mucho tiempo después. Y llegó Berta. Una joven que cuidaba a su padre, que hacía años que no sabía nada de su hermana y que viajaba en un tren sin estar en él. Berta me enseñó a hacerme preguntas y a observar a los demás, porque para vivir otras vidas, te tienes que parar y mirar a la persona que está delante de ti. Hay que atravesar sus pupilas para descubrir los secretos que son imposible de desvelar. Berta también se marchó. Y vinieron otras vidas que me aportaron mucho y me dieron el chispazo que necesitaba en cada instante. Viajé en un tranvía siendo una Condesa, gracias a la imaginación de Don Benito, que iba creando personajes mientras miraba con asombro a los pasajeros que entraban y salían de ese viaje.
Todo esto lo ha hecho el teatro. El que hace el mundo más grande y cambia los conceptos por completo. El teatro te cuenta cosas, aprendes con él de otros y de ti. El 30 de mayo volveré a subirme al escenario, después de dos años sin hacerlo, después de que mi alrededor se volviera gris y decidiera abandonarlo. Renuncié al teatro porque mi cuerpo estaba roto. Pero este año quise agarrar al dolor de la mano para que saliera conmigo a la calle y convertir nuestra relación en una convivencia soportable . Y volví a encontrarme con el teatro. Me sorprendió, porque estaba esperándome y, lo mejor de todo, no me recriminó el tiempo que lo olvidé . Él ha hecho que los días duelan menos y sean más llevaderos. Siempre ha sido así. Solo puedo agradecerle todas las vidas que me ha dado. Y las nuevas que me va a entregar.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Bonitas palabras. Bonitotexto.