Gracias

Nos estamos olvidando de decir gracias. Llegará un día que nos chirriará en los oídos. Lo pienso muchas veces cuando contesto correos electrónicos y nadie me agradece lo que he enviado. Antes, cuando la tecnología no estaba presente, los clientes llegaban a la oficina, esperaban por el presupuesto, y al entregárselo, se iban dándote las gracias. Ahora no. Lo piden una vez. Si no respondo durante la mañana, lo reclaman una segunda vez. Y cuando lo mando, se acaba la conversación.  Me quedo mirando para la carpeta de entrada a ver si llega alguna señal. Pero no. En el mundo virtual no se cumple ser bien nacido. También es verdad que la ficción no es emocional. Nadie te ve y puedes hacer lo que no serías capaz cuando tienes a una persona delante. Tampoco es que vaya a buscar amigos con los clientes, pero decir gracias, es una de las primeras expresiones que usamos desde que aprendemos a hablar. Y no lo veo. Bueno, no lo leo. Me temo que, de no usarla, se terminará atrofiando. No sé si la chica de la panadería, cuando vende una barra de pan, siente que el cliente sale en silencio. Tendré que preguntárselo. A mí cada vez me apetece menos contestar a los emails. Será por esta falta de educación. O puede ser que a estas alturas del año el cansancio ya ocupa demasiado espacio en mi cuerpo, y la escasez de amabilidad, me molesta.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Cuando se toca este tema me acuerdo con sonrojo de una frase que hace años escuché de una persona vinculada a mi familia. Dijo: "hay dos palabras que yo nunca he pronunciado ni pronunciaré: gracias y perdón". Y le parecía hacer de héroe.
La bailarina descalza ha dicho que…
...y el perdón es otra. Un saludo.