Sueños

Vestía ropa del año catapún. Una falda y una blusa que compré hace años y que nunca me había puesto. La falda me quedaba por debajo de las rodillas. La blusa no pegaba con la falda y era una combinación horrible. Volví a verte, pero esta vez sufría. Corría por unas escaleras, sudando, y oía voces que me decían que tenía que huir. Tenía que huir de ti. Estaba en medio de una fiesta con mucha gente que gritaba y que disfrutaba viéndome correr; subiendo y bajando escaleras. Eso me creaba ansiedad y angustia. Sufría, porque en los sueños también se sufre, y no tienes mecanismos de defensa para pensar y reaccionar. El sudor formaba parte del sueño. Las lágrimas no sé si llegaron antes o después. Me desperté pensando que ojalá lo que soñé no saliera de ese espacio onírico. Qué curioso, otras mañanas me levanto contenta, deseando justo lo contrario. Eso fue anoche mientras dormía. Me pregunto qué sueño será el que viviré o si esta duda me ayudará a seguir viviendo.

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