Raíces

Se sentó al lado de mí mientras esperábamos a que nos atendieran en la sucursal bancaria. Comenzó a hablarme de cómo le afecta el calor a sus varices. Se le hinchan los pies y las medias de compresión fuerte le resultan un incordio en pleno mes de agosto. Las venas eran malvas y formaban ramificaciones de diferentes tamaños a lo largo de su muslo. Llevaba un pantalón corto y fue muy fácil verlas de cerca. Conozco su pasado porque, en un pueblo donde la mayoría de los vecinos hemos crecido juntos, nos enteramos de todo o casi todo, aunque no quieras inmiscuirte en los secretos ajenos. Cuidó durante muchos años la larga enfermedad su madre, luego le tocó con su padre, y se quedó viuda con una niña con discapacidad. Ella cree, eso fue lo que me dijo, que, además del calor, las venas se le alteran porque pasa muchas horas de pie poniendo tintes y cortando el pelo en la peluquería en la que trabaja. Lo que vi fueron raíces. Las raíces de todas las veces que ha renacido y ha aprendido a sujetarse sobre la tierra.

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