Libros

Pedro Guerra actuaba como solista del Taller Canario de la Canción. Cantaba “La Maleta”; un poema de Pedro Lezcano que musicalizó el grupo. Pedro Lezcano, el poeta, estaba al lado de nosotros. La plaza se llenó con los vecinos que fueron a ver el acto. Los niños del colegio recitaban un poema y su autor iba a estar presente. Creo que, hasta mi padre, que huye de los actos públicos, se apoyó en uno de los bancos de color verde que colocaron cerca del escenario.

Los versos que memorizas de pequeño, o los odias, o permanecen para siempre en ese disco interno en el que guardamos los recuerdos. Llegaron otros versos,  cientos de libros,  pequeños cuentos, y grandes novelas. Hoy se hablará de los libros. Pero no olvides sentarte con un niño a leer para que descubra las ventajas que puede tener al conocer historias o personajes. Los libros tienen que estar en la vida de los niños. Tienen que perder el tiempo fantaseando, disfrazándose de los protagonistas de sus cuentos y jugando con las palabras. Invítalos a que crezcan leyendo en el parque, esperando la guagua; los días de lluvia o con un puñado de golosinas en los bolsillos. Además, quién sabe, un libro puede salvarlo de un abismo cuando sea adulto. En mi caso, hoy escribo esto y vivo rodeada de libros, porque esos versos infantiles tienen algo de culpa. Los libros me han salvado de grandes abismos. Lo seguirán haciendo. Confío en ellos.

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