El desvelo
Los reponedores de Carrefour acaban de llegar y hablan de sus problemas. El perro del vecino, el mismo que ladra cuando limpio los cristales los domingos por la mañana, duerme en la caseta de madera que tiene en la azotea. Si estuviera mirando le contaría que las flores que decoran la rotonda se están secando. Otra vez el desvelo. Otra vez la noche está tan desnuda como yo.
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