Ocurre en octubre
Hay
situaciones que se repiten, año tras año, aunque cambie el entorno, las
personas y el peso que se lleva encima. Siempre ocurre en octubre. Y ocurre
cuando la calle empieza a oler a humedad después de la sequedad del verano. Y
ocurre cuando llegan las primeras banderas de colores. No sé qué tiene el
decorado que colocan anunciando la fiesta, que revivan los recuerdos. Y hay que
ordenarlos con cuidado para que no duelan. Había otras excusas. Y un entorno
hermoso en el que nunca pensábamos que los días fueran a cambiar. No nos imaginábamos que la
ilusión se rompiera. Esa ilusión con la que nos levantábamos temprano para
llegar los primeros a los cochitos y gritar alto nuestros sueños. La nube de
azúcar nos pringaba la cara y nos preguntábamos de qué estaría hecha, para
hacerla en casa y seguir disfrutando del sabor dulzón y pegajoso de la
felicidad. El único bar que había en la plaza se llenaba de clientes y, entre
trago y trago, los clientes hablaban del futuro. Las campanas anunciaban el
inicio de la misa y en la puerta de la iglesia nos juntábamos todos: los primos
lejanos, los vecinos de toda la vida y los curiosos que venían a visitar el
pueblo que olía a azufre. El fin de semana se hacía inmenso.
Eran otras excusas. Ahora no podemos hacer otra cosa que sentir. Sentir la nostalgia y un poco de tristeza al saber que los mayores de antaño ya no pasearán su ganado delante del patrón. Y no nos atrevemos a mirar al borde de las casas para no ver las banderas que atraviesan las calles, porque parece que están ahí para decirnos algo cuando pasamos por debajo de ellas. Ocurre en octubre. La fiesta se repite. Y siempre llueve.
Eran otras excusas. Ahora no podemos hacer otra cosa que sentir. Sentir la nostalgia y un poco de tristeza al saber que los mayores de antaño ya no pasearán su ganado delante del patrón. Y no nos atrevemos a mirar al borde de las casas para no ver las banderas que atraviesan las calles, porque parece que están ahí para decirnos algo cuando pasamos por debajo de ellas. Ocurre en octubre. La fiesta se repite. Y siempre llueve.
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