La niñez

En la niñez el miedo no existe. Ella tuvo tres años y tampoco tenía miedo. Era invierno. Las mujeres acaban de llegar del almacén de tomates , y con el cansancio presente en las articulaciones, estaban en la cocina preparando la comida.Los hombres esperaban en el salón, exigiendo que el almuezo estuviera caliente sobre la mesa. Nadie se encargaba de cuidar a los pequeños de la casa. El mundo, del que aprendían, los protegía. La libertad iba a la par que los sueños. Cualquier objeto servía para convertir un lunes, o un domingo, en alegría, aprovechando el lujo de la infancia.
El tiempo pasa y no somos lo que éramos entonces. El paisaje ya no está roto, no es gris, predomina un decorado moderno. El recuerdo de la infancia, agrietado y con sombras, se debilita frente al miedo que aprieta como un dolor seco en mitad de la noche. No sé qué fue de aquella niña de tres años. No sé si queda algo de ella.

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