La sangre se altera.

Ha empezado una nueva estación: la primavera. Las flores aparecen, las lagartijas salen al sol, las mariposas pasean por el aire y a más de uno, la sangre se le altera. Ya se empiezan hacer planes sobre la semana santa, las vacaciones o los días de descanso que están por venir. La temporada que se inicia invita a eso y a mucho más. Invita a dejar atrás los abrigos y las mantas, la melancolía de las noches grises de lluvia y a proyectar una primavera/verano, con alegría, vitalidad y planes.
Esta mañana me he cogido las cholas y con mi sobrina de compañera, me hice la primera caminata por la orilla de la playa. El olor a salitre y a bronceador de algún extranjero que pasaba por nuestro lado, me ha insuflado el gas necesario para comenzar con fuerza la primera semana de la primavera. Por ahora la agenda la tengo cargadita, pero responderé a todos y cada uno de los compromisos que tengo marcados. Para eso estamos en primavera y la sangre se altera.

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