La enredadera

 

Me encontré con ella desde que comencé a vivir en este edificio. En la casa del patio de enfrente crece una enredadera que me produce escalofríos cuando la veo. Sale del suelo y trepa hasta el mismo filo de la ventana. El tallo leñoso se enreda por la pared formando nudos y trenzas. Tiene cientos de espinas que dan la impresión de que te van a pinchar si pretendes acercarte. Me detengo a verla de vez en cuando y no parece abandonada. Nadie entra y sale por la puerta de la casa. He preguntado al cartero, que conoce todos los secretos de la gente, y me ha dicho que ahí no vive nadie. Su dueña, una mujer tristona y con muchas desgracias, murió sola hace años. Es extraño que la enredadera no se haya secado y siga ofreciendo la imagen del pasado tormentoso que vivió su dueña. Parece que me la han puesto delante para que descifre el significado del sufrimiento.

 

Comentarios

Erg. ha dicho que…
Un observación muy interesante que probablemente tiene un ¿para qué?.