Se acabó


Después de la tempestad viene la calma. Se podrá ver la orilla sin esas luces que nublaban el horizonte. Toca coger las riendas del sosiego. Olvidar las prisas. La vida será como antes y a la felicidad le daremos el nombre que elijamos. Se acabó. Y ya lo saben hasta las aceras, que no tienen que soportar tanto peso ni tantas pisadas. Los niños harán lo que quieran porque nadie les dirá que se tienen que portar bien para ganarse un premio. Volveremos a dedicarle tiempo a todo lo que dejamos a medias. Y llamarás a los amigos porque realmente tienes ganas y porque te apetece decirle cosas bonitas sin usar mensajes editados. Los minutos no tienen compromiso. Y no hay obligaciones marcadas en rojo en un almanaque. El ruido está lejos. Hay silencio. Sonrisas espontáneas. Y lágrimas que no abrasan la piel cuando aparece el recuerdo. Ahora sí. Ahora sí podemos ser nosotros.

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