El espectáculo

No es lo mismo que te lo cuente, que vivirlo y sentirlo. Sin duda. Ayer estuve en el musical “Hoy no me puedo levantar”. Ya me habían dicho que era espectacular, pero no me lo creí hasta que lo viví. Las casi cuatro horas que duró el espectáculo pasaron ligeras y con una buena combinación del drama, la comedia y la pasión. Las canciones fueron el hilo conductor en todo momento. Canciones, que te sorprendían al entender unas letras que has tatareado como loca y de las que desconocías el verdadero motivo por las que fueron escritas.
Compré las entradas hace más de cuatro meses. Fue una tremenda revolución cuando colgaron en cartelera la llegada del musical. Las entradas volaron en un instante y ese fue el motivo de hacerme con una con tanta antelación. No soy de anticiparme tanto porque nunca sabes lo que te puede pasar en ese momento, pero no me quedó más remedio si quería vivir lo vivido anoche. Sólo cometí un error. Al comprarlas creí que elegía el asiento que estaba al lado de mi amiga, pero parece ser que hice mal los cálculos, porque al llegar al teatro comprobé que me quedaba como unas diez butacas más alejada. Al final me senté sola. Pero aún así disfruté como una loca. No quedaba otra, para una gran apasionada de la danza, el movimiento y la interpretación.
Es normal que lleve tiempo representándose con tanto éxito. La pena que por aquí tenemos pocas oportunidades de ver espectáculos de este tipo. Ahora a esperar a otro.

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