Un nuevo premio
La semana pasada llegó el deseado premio. Casi se creía perdido y que jamás lo veríamos. Apareció. El regalo no era de mucho valor, pero el poema sí que tenía demasiada fuerza para la persona que lo escribió. Por eso fue enviado a la revista y allí le dieron su reconocimiento. Seguro que vendrán más poemas, no sé si nacidos con misma energía, pero sé que vendrán. Lo que no tengo tan seguro si le darán nuevos premios. Eso depende de la otra parte, la que juzga y lo valora. Ojalá que uno de esos premios venga del concurso de dibujo que anda por ahí pendiente. Aunque antes habrá que apurar los día para llegar a tiempo antes de que se termine el plazo de presentación de los diseño. El tiempo pasa rápido y no hay que dejar volar las oportunidades por escandalosas que parezcan.
Mañana tendremos que estar preparados para una nueva ola de calor. Volveremos a derretirnos por las calles y a sudar con el mínimo movimiento que se haga. En días de calor, se agradece un buen aire acondicionado o ese rincon de la isla dónde el aire esté fresco, muy fresco. Ya lo pensé el domingo en mi visita Agaete. Allí se podía pasear sin la presión del sol en la frente. Es más fácil pasear sin sentir que la camiseta se va empapando ligeramente. Creo que por eso el paseo fue muy agradable, pero también influyó la buena compañía, las continuas conversaciones y las ganas de compartir un día con los amigos. Habrá que repetirlo. Pero como por ahora no tengo ofertas para un nuevo paseo por Agaete, buscaré la mejor manera de calmar los calores de la ola de calor.
Y creo que lo haré tirándome a la piscina del hotel. Me merezco el premio.
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