La salida

Ya lo había dicho. Este sábado tocaba la salida al campo para aplicar lo aprendido en el curso de fotografía. Recorrimos el barranco del Berriel. Una ruta conocida y dominada por los amantes del senderismo. En mi caso era la primera vez que lo pisaba, y por eso, fue sorprendente ver secretos de la naturaleza detrás de la misma montaña que a menudo dejo a un lado en mi recorrido por la autopista. Daba la impresión que te habían capturado y te encontrabas en otra isla. Mi falta de costumbre en este tipo de caminata y mis limitaciones, hicieron que el camino me resultara bastante duro y pesado. Más de lo que pensaba. En algún tramo tuve que recurrir a la ayuda de los compañeros para que me lanzaran la mano y poder subir por las rocas. Un desastre. Pero aún así, disfruté de la tranquilidad que nos regalaba los rincones en los que parábamos para tomar alguna foto.
No hice demasiadas. Aún se nota que soy novata en este arte. Pero la curiosidad de aprender y perfeccionarme la tengo latiendo por aquí dentro. Tengo la impresión que este blog verá colgado más entradas relacionadas con el mismo tema.


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