Fotografía.
Esta semana empecé un curso de fotografía digital. Me apunté casi por curiosidad. Hacía tiempo que quería hacer algo diferente por las tardes y entre las opciones que ofrecía la obra social de la caja, este fue el que más me llamó la atención. Mis conocimientos de la materia son nulos. PeroLO vi como una oportunidad para abrirme a un campo que siempre he creído muy original y creativo. Por ahora, pienso que no me he equivocado por la decisión.
El profesor del taller es un apasionado de este arte y transmite los conceptos con la misma pasión que siente su profesión. Esto es una gran ventaja y una ayuda. Nos ha mostrado algunos de sus trabajos, y desde mi ignorante opinión, son impresionantes. Detrás de un objetivo se puede encerrar miles de detalles que se nos pueden escapar aquellos que vamos a toda prisa a la hora de apretar el botón de la cámara. Pero son detalles que están ahí y hacen de una foto una mezcla perfecta de sentimientos, historias y realidades. Una manera más de expresarnos y que aunque una no entienda demasiado, sí puede saber si es una buena o mala instantánea. Si transmite algo o no.
Siempre he sido de las que busco situaciones extrañas para sacar las fotos: una pisada, unas manos, las hojas de los árboles. Pero las he hecho a mi manera, sin ningún conocimiento fotográfico. Tal vez este curso puede ser el inicio de una nueva afición y que puede mezclarse con mi pasión por la danza la cual también rebosa mucha sensibilidad. La primera prueba la tendré el próximo sábado que haremos una salida al campo para estrenarnos como fotógrafos. A ver cómo resulta la experiencia. Ya contaré.
Aquí va un ejemplo de esas fotos que he sacado de manera loca. Es mi sobrino el primer día que fue a la playa. Creo que tenía 9 meses. Bonita, ¿verdad?
El profesor del taller es un apasionado de este arte y transmite los conceptos con la misma pasión que siente su profesión. Esto es una gran ventaja y una ayuda. Nos ha mostrado algunos de sus trabajos, y desde mi ignorante opinión, son impresionantes. Detrás de un objetivo se puede encerrar miles de detalles que se nos pueden escapar aquellos que vamos a toda prisa a la hora de apretar el botón de la cámara. Pero son detalles que están ahí y hacen de una foto una mezcla perfecta de sentimientos, historias y realidades. Una manera más de expresarnos y que aunque una no entienda demasiado, sí puede saber si es una buena o mala instantánea. Si transmite algo o no.
Siempre he sido de las que busco situaciones extrañas para sacar las fotos: una pisada, unas manos, las hojas de los árboles. Pero las he hecho a mi manera, sin ningún conocimiento fotográfico. Tal vez este curso puede ser el inicio de una nueva afición y que puede mezclarse con mi pasión por la danza la cual también rebosa mucha sensibilidad. La primera prueba la tendré el próximo sábado que haremos una salida al campo para estrenarnos como fotógrafos. A ver cómo resulta la experiencia. Ya contaré.
Aquí va un ejemplo de esas fotos que he sacado de manera loca. Es mi sobrino el primer día que fue a la playa. Creo que tenía 9 meses. Bonita, ¿verdad?
Y….. feliz día de San Valentín, que aunque tenga raíces comerciales, tanto decorado rojo , tanto ruido en las floristerías y tanto programa televisivo, no deja de llegar a molestar y retumbar en forma de pensamientos para los que este día pasa ligero de equipaje. Sé lo que me digo.
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