El insomnio
El vecino acaba de cerrar la puerta porque regresa de su
trabajo nocturno. Lo oyes. El que vive en el tercero no para de toser y las
paredes retumban con su aullido gripal. Lo oyes. El viento arrastra una lata
vacía en la calle solitaria. Lo oyes. Te giras una vez más sobre el colchón al
ritmo del tic tac del reloj que es más intenso que otras veces. Lo oyes. Oyes
lo que harás dentro de unas horas, oyes la noche y el ruido desesperante del
insomnio.
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