Me cansa...
Me cansa que la cocina se llene de gente que viene desesperada a comer, a buscar el puré que ha preparado la abuela. No soporto los gritos de los chiquillos en el pasillo, peleando por una pelota vieja que no le gustaría tener ni al contenedor de la esquina. Es aburrido oír las conversaciones que hablan de dolores de cabeza y del calor que hace en la calle. Es agotador responder a preguntas que intentan averiguar lo que harás al día siguiente o lo que te piensas comprar con el próximo sueldo. Me cansa no poder hablar, quejarme, gritar para que sepan que se puede sentir otra melodía sin que por eso tengas que dañar a nadie.
A veces es agradable beberte un vaso de agua sin que otros perciban el ruido que haces... porque es mi ruido y son mis ganas de no escuchar a nadie.
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Un abrazo